¿Qué pasa en el interior de un actor cuando interpreta “de verdad”? ¿Dónde pongo mi atención mientras interpreto para que mi comportamiento parezca real? ¿Por qué menos es más? ¿Qué necesita ver y experimentar el público para estar satisfecho con una interpretación? ¿Cómo conecto con mi personaje para que el espectador conecte conmigo? ¿Cuál es o debería ser el propósito de la interpretación -imitar y repetir el comportamiento humano- y para qué nos sirve como especie?
En La Interpretación Arquetípica, el profesor, director, actor, coach actoral y terapeuta yugoslavo Boyan Ivic nos presenta un método sencillo, claro y fácil de poner en práctica, que además tiene su base en la aplicación de teorías científico-psicológicas al arte de la interpretación.
Este libro sirve como guía para orientar tanto el trabajo del actor como el del director, así como para facilitar el entendimiento entre ellos. Asimismo, explora qué ocurre en las mentes del actor y del espectador durante una interpretación creíble, y nos ofrece una lista de cuatro únicos elementos que hemos de tener en cuenta a la hora de actuar para conseguir esa interpretación deseada.
aquí puedes ver y descargar mi sección en la Revista Carabias de ilustración, cine y teatro:
Lo que el actor tiene dentro mientras interpreta, el público tiene dentro mientras le mira
Cuando un espectador entra al teatro o al cine, se sume automáticamente en un estado de “atención consciente”, o sea, se pone “disponible” para recibir la historia. Si, mientras interpreta, el actor está totalmente identificado con su personaje (actor → personaje), el espectador, a su vez, se identifica con él (espectador → actor → personaje). Este mecanismo de identificación permite que tanto el actor como el espectador conecten con el personaje y que, a un nivel inconsciente, integren todo el conocimiento adquirido de su experiencia casi como si la hubieran vivido ellos realmente.
La Interpretación Arquetípica es la que, gracias a la identificación, permite a quien la realiza y a quien la presencia cumplir el propósito básico de la interpretación para el ser humano: aprender sobre nosotros mismos y modificar, ampliar y desarrollar nuestra consciencia individual y colectiva. Para activar la identificación y enganchar al espectador, el actor ha de tener presentes los cuatro elementos básicos de este método: objetivo, actitud, circunstancias y características del personaje.
“Determinadas CARACTERÍSTICAS personales, bajo determinadas CIRCUNSTANCIAS y persiguiendo un determinado OBJETIVO, desembocan en una determinada ACTITUD”
Esta fórmula describe todo comportamiento humano. En la vida real, nuestra mente puede realizar con la máxima eficacia y atención una sola acción a la vez, la cual puede integrar hasta cuatro elementos (por ejemplo, la acción “hablar por teléfono” está compuesta por: 1. “con quién hablo”, 2. “de qué hablo” y 3. “qué me dice” y 4. “qué le digo”). Así, un actor que quiera atraer la atención del público y crear identificación debe, mientras está realizando la acción de “interpretar”, tener su atención puesta solo en estas cuatro nociones: 1. OBJETIVO (o INTENCIÓN): ¿qué quiero concretamente? (el fin), 2. ACTITUD (o ESTRATEGIA): ¿cómo me comporto -qué hago y digo concretamente- para conseguir lo que quiero? (el medio), 3. CIRCUNSTANCIAS: ¿qué factores concretos -internos y externos- me afectan y condicionan la persecución de mi objetivo?, y 4. CARACTERÍSTICAS: ¿cómo soy -qué rasgos concretos me definen- y qué arquetipo represento?
Hay infinitas maneras de componer un mismo arquetipo de personaje. Un actor verdadero siempre ha de tener en cuenta un inevitable cambio de su forma de ser
El autor propone un orden en el que analizar los elementos de un guion o secuencia:
- La HISTORIA: toda la dramaturgia humana se crea mediante la combinación de cincuenta y dos situaciones dramáticas arquetípicas. Lee el texto sin atención particular a tu personaje, comprende el significado y la importancia de la historia para el público y detecta qué arquetipos situacionales la forman el juicio”, “el encuentro de los amantes”, “la traición”,…).
- Las CARACTERÍSTICAS de tu personaje: si está bien escrito, tu personaje representará un arquetipo y no un estereotipo. Lee otra vez el guion, ahora desde su punto de vista, y:
- Formula el núcleo de tu personaje:
- Determina su ARQUETIPO, rol o función en la historia (“el Amante”, “el Hombre de la Ley”, “la Madre”, “el Maestro”, “el Asesino”, “el AntiHéroe”,…)
- Determina su ENEATIPO o tipo de carácter (“9 – el mediador”; “8 – el líder”,…)
- Haz una lista de CARACTERÍSTICAS o rasgos que confirmen su arquetipo/eneatipo, clasificándolas en interiores (las que muestra con sus palabras y actitudes en un contexto concreto: tacaño, racista, patriota, tolerante…) y exteriores (las que son visibles externamente sin un contexto: nervioso, soñador, presumido…). Luego, elige la más importante de cada columna
- Formula su núcleo según el esquema arquetipo / rasgo interior (sustantivo) / rasgo exterior (adjetivo) / eneatipo (“El Rey / melancólico determinado / 3 – el triunfador”)
- Crea una maqueta de comportamiento físico para tu personaje a través de cuatro posibles caminos: imitando a alguien de tu entorno que represente el mismo arquetipo o eneatipo que tu personaje, imitando a un animal o a un material que te recuerde a él o exteriorizando su característica más significativa. Anota el específicum del personaje: las tres primeras herramientas concretas (un tono de voz, postura corporal, gesto,…) que aparezcan en ti al realizar este ejercicio y con las que trabajarás cada vez que encarnes a tu personaje.
- Formula el núcleo de tu personaje:
- Su MOTIVACIÓN: aquello que mueve a tu personaje durante toda la obra y en su vida, el “para qué” quiere lograr sus objetivos. Encuentra la motivación de tu personaje (“ser mejor persona”, “encontrar a su alma gemela”, “dominar a los demás”…).
- Su OBJETIVO: fuerza consciente o inconsciente que mueve al personaje a través de sus circunstancias, a las que reacciona con una cierta actitud. Pregúntate: “si mi personaje tiene x características y su motivación es y, ¿qué puede querer concretamente en esta escena, teniendo en cuenta cuáles son sus palabras y actitudes en estas circunstancias concretas? Elige solo un objetivo por escena. Por ejemplo, si tu personaje tiene una herida de rechazo y su motivación es “tener un amigo”, en una escena en la que va a una fiesta y entabla conversación con un desconocido su objetivo podría ser “caer bien (seducir)”.
- Su ACTITUD: maneras concretas de configurar las herramientas interpretativas de un personaje (postura y tendencia corporal, gestos, ritmos, tono de voz…) que le ayudan a lograr su objetivo y que dependen de sus características. Según el autor, hay una lista cerrada de veintidós actitudes básicas, que pueden variar en intensidad (por ejemplo, la actitud de “alegría” llevada al extremo se convierte en euforia). En los primeros ensayos, céntrate solo en perseguir tu objetivo de la escena desde el personaje, y detecta qué actitud surge por sí sola (por ejemplo, si tu objetivo es “caer bien”, puede que te sorprendas susurrando, acercándote al otro o disponiendo tus herramientas interpretativas de forma que indiquen una tendencia a compartir algo con alguien en secreto, lo que se corresponde con una actitud de “confidencia”). Luego, practica esa actitud con distintas intensidades.
- Sus CIRCUNSTANCIAS: factores que afectan directamente al color de la actitud del personaje a la hora de perseguir su objetivo. Detecta sus circunstancias internas (resaca, dolor, nervios, tristeza,…) y externas (llueve, está en una boda,…) en cada escena.
- Sus CONFLICTOS: choque de objetivos entre tu personaje y el resto. Averigua cuál es el conflicto general de tu personaje en la obra y, en cada escena, observa cómo se desarrolla (empieza abajo y acaba arriba; empieza arriba y acaba abajo; empieza abajo, sube al clímax y baja; o empieza arriba, baja al anticlímax y sube). Gestiona la intensidad de la actitud elegida a lo largo de la escena según el gráfico de esta.
Lo complejo obedece a lo sencillo. El poder de un actor es directamente proporcional a la limpieza y precisión de las intenciones que maneja a través de su personaje y sus actitudes
Llegado el momento de interpretar, el OBJETIVO del personaje ha de ser la única información que ocupe nuestra mente, es decir, la única acción que nos propongamos ejecutar. En segundo plano, también han de estar presentes el núcleo de CARACTERÍSTICAS del personaje (cuyo específicum o composición física tenemos que integrar), las CIRCUNSTANCIAS concretas que le afectan en esa escena (internas y externas) y la ACTITUD que usa como medio para conseguir su objetivo.
Solo después de haber analizado estos elementos, el texto se vuelve necesario para poder expresarnos como el personaje y nos es más fácil de memorizar. La emoción aparece sola cuando estas cuatro nociones están bien alineadas, sin que haya que prestarle atención por separado.
Aquí te dejo unas cuantas REFERENCIAS por si te apetece profundizar más en la parte científico-psicológica de este libro:
- Mi Trabajo Fin de Grado, en el que defino los conceptos de identificación, empatía y neuronas espejo y los aplico a la composición psicológica de un personaje
- Tres libros sobre el eneagrama (del más sencillo al más extenso): “Encantado de conocerme”, de Borja Vilaseca; “El eneagrama de la sociedad” Claudio Naranjo; “La sabiduría del eneagrama”, de Don Richard Riso y Russ Hudson